martes, 3 de julio de 2012

Capítulo 3.


-Buenos, que es eso que me tenías que contar - le dije a Vanessa.


- Pues que, Javi no esta enfermo. Esta... haciendo las maletas. - dijo Vanesaa


- ¿Cómo? - dije sobresaltada.


- Sí, Javi y bueno yo nos vamos. Nos han dado una beca para ir a estudiar a un pueblecito de Canadá. 


- Y eso? Como que no sabía nada de esa beca. 


- Porque es la beca de familias que tienen solo un hijo y bueno... tu tienes un hermano. 


- Ok. ¿Cuándo os vais? - dije preocupada.


- Esta noche. 


- ¿Qué? ¿Por qué tan pronto? 


- Porque tenemos que ver las instalaciones y nos han dicho que si la queremos debemos pasar el verano allí haciendo unas actividades. 


Acabo de contarme como sería vivir allí y todo lo que le habían dicho. Acabamos el día normal y me despedí de ella ya que no la vería durante mucho tiempo. De Javi me pude despedir porque vino a mi casa a dejarme una camiseta que me deje la semana pasada en su casa cuando me quede a dormir.  Cuando llego mi madre de trabajar enseguida le conté porque estaba triste y todo y bueno, ella me traía una buena noticia. 


- Mamá, que es eso tan importante que me tenías que decir. -dije intrigada.


- Que una amiga del trabajo me ha dicho que su hija esta en un equipo de basket y que le hacen falta personas y había pensado en ti ya que de pequeñas ibas a entrenar con tu padre y eras muy buena. ¿Qué te parece? 


- Ahora que se han ido Vanessa y Javi sera buena idea hacer nuevas amigas. 


- ¿Entonces eso es un sí? - dijo entusiasmada. 


- Si no hay otro remedio.- solté una pequeña carcajada. 


Sabía que a mamá le hacía mucha ilusión ya que desde pequeña quería que llegara a ser grande en eso del baloncesto. Y más la amiga esa del trabajo es su jefa y si le digo que no, aparte de mi madre deprimirse pongo en peligro su trabajo. Mi madre me dijo el horario que entrenaban, el primer partido era la semana que viene el sábado, demasiado pronto, hace como 7 años que no entreno y no se si conoceré a alguien. El primer entrene era a las 7 de la tarde de hoy así que comí, me puse algo fresquito. Me senté en el sofá con una coca-cola y comencé a ver que hacían en la televisión. Al poco rato vino Carlos.


- Tu me tenías que decir algo, ¿no? - le dije a Carlos.


-Bueno, sí , pero ya te lo diré porque - se puso nervioso - porque no recuerdo ahora mismo que es - lo dijo rápido como si hubiera tenido una idea. 


- Esta bien. - le mire raro y suspire. 


- Bueno, al final vienes tu solo esta noche, ¿no? 

- Sí. 


- ¿A que hora acabas de entrenar? 


-A las 9 de la noche, ¿por? 


- Para ir a recogerte, no tengo nada mejor que hacer. 


- Por mi bien - le sonreí. 


- Cuando te vallas me avisas y voy contigo para saber donde esta ¿esta bien?


- Vale. 


No se lo que esta pasando pero ahora Carlos está muy raro. Me habla más. Es atento conmigo. Y quiere pasar mas rato junto a mi. Se le pasara. Supongo. Vimos un poco más la televisión y yo me subí a mi habitación, cogí las bragas del cajón, unos calcetines; una sudadera, una camiseta de tirantes y un pantalón corto del armario; de otro armario cojo mis deportivas, vamos una cosa así http://www.polyvore.com/paula_baloncesto/set?id=52336478 . Entre en el baño que había dentro de mi habitación, abrí el grifo y me quite la camiseta, después el pantalón y la ropa interior, entre dentro de la ducha y cerré la mampara. El agua recorría por todo mi cuerpo, no pude aguantar mas y comencé a llorar.  Lágrimas mezcladas con el agua. Sino fuera por mis ojos rojos no se notaría que estuviera llorando. Necesitaba llorar, esa carga que tenía entre estrés y todo. MIS MEJORES AMIGOS SE IBAN DEL INSTITUTO, DEL PUEBLO, DEL PAÍS. No se si los volveré a ver o que. No lo sé. Y después esta que lo de ser nueva en un sitio nunca me ha gustado. Me siento impotente a todo esto.Pegaría un chillido y me quedaría de lo mas a gusto. Enjuague mi cabello y mi cuerpo. Abrí la mampara y salí. Me sequé con la toalla, mire el reloj. 18:45h. Me puse la ropa interior negra que tenía y todo lo que tenía preparado. Me sequé el pelo, me lo cepille y me lo sujete con una coleta. Salí del baño y entre en la habitación, me senté en la cama y mire mi iPod. Nada, novedades de Twitter y poco más. Baje al salón. 


- ¿Carlos? - dije mirando para todos los lados. 


- Aquí estoy. - dijo saliendo de la cocina. 


- ¿Vamos? 


- Vamos. 


Salimos de la casa y nos montamos en su coche negro. El lo puso en marcha y arranco. Yo mientras le iba diciendo por donde tenía que ir y tal ya que mi madre me llevaba a ver los partidos de pequeña. El sitio estaba un poco escondido y los adolescentes de ahora no saben ni que existe. Llegamos al sitio. Baje del coche y entre. Estaba muy nerviosa. El corazón me iba a mil. Ya estaba dentro, me pare en la entrada y estaba mirando un poco como entrenaban unas cuantas chicas y chicos. Enseguida alguien me toca en el hombro y me giro. 


- Hola - dijo alegre el chico. 


- Hola - dije un poco tímida.


- ¿Eres la nueva? 


- Supongo - reí 


- Paula, ¿verdad? 


- Em... sí. - dije un poco confusa.


- Ven por aquí - dijo con una sonrisa.


 Fuimos a un lado de la pista. Había una mujer joven hablando con un grupo de chicos. TODOS, digo TODOS los tíos se me quedaron mirando de bajo a arriba con cara picarona. 


- Esta es Paula, la hija de Gloria. - dijo el chico.


No se como este chico a sacado lo que soy hija de Gloria, pero lo ha clavado.


- Ah, vale, gracias Manuel. - dijo con una sonrisa la mujer. 


- Paula, ahora te presento al grupo, ¿vale? -dijo amablemente


- Claro. - dije sonriendo para que no se me notaran los nervios. 


Espere a que acabara de hablar con los chicos, me llevo donde estaban todo el grupo entrenando. 


- Chicos venid. - dijo chillando para que les oyeran todos - os presento a una nueva compañera. Ella es Paula. 


- Hola - dijeron todos. 


Bueno, hable después con los chicos y chicas que habían en el grupo entrene un poco y ya eran las 9 de la noche así que me puse la sudadera y fui para fuera, vi el coche de Carlos y Carlos afuera del coche apoyado en la puerta.


-Hola - sonreí felizmente. 


- Hola preciosa -sonrío. 


- ¿Preciosa? - pregunte extrañada. 


- Sí, es que lo eres ¿o me equivoco? - puso cara de listo. 


- Te equivocas - dije riéndome a carcajada limpia.


- ¿Sí? ¿Seguro? - dijo acercándose poco a poco. 


- Seguro. - dije con total confianza. 


- Quiero saber una cosa - dijo poniéndose serio.


- Dime. 


- Quiero saber si tienes novio. No se nada de tu vida - todo esto teníamos cerca nuestros cuerpos, nuestras caras, nuestros labios y yo cada vez mas nerviosa y roja.


- Sí, si que tengo  - dije seria. 


- ¿Quien es? - dijo intrigado. Se le notaba triste, su cara había cambiado. 


- No es de aquí. - Quite la mirada de sus ojos. 


- ¿De donde es? - dijo cada vez mas intrigado.


- De Canadá. - Vale. Ya no aguantaba más, comencé a reírme mucho. Tanto que me tuve que sentar en el suelo porque no aguanta, me estaba descojonando de él. 


- Vale, entonces no tienes, ¿verdad? 


- pare de reírme, me levante y le dije mirando a los ojos seria - Cariño, mi novio es Justin Bieber, pero para ti estoy libre - le dije guiñando un ojo.


- Anda, tira para dentro que son casi las diez de la noche y tengo hambre.


- Tu siempre tienes hambre. Coño te pareces a Christian Beadles todo el santo día comiendo.


Él solo se limito a reírse por el comentario que acababa de soltar. Al fin me metí en el coche, puse música a tope y comencé a bailar como una loca. Carlos se partía el culo viendo como bailaba. Ahí era yo misma.


- Dios, estas poco mal de la cabeza - dijo riéndose. 


- Hablo el que no. ¿Sabes o que? - le mire con cara desafiante.


Por fin llegamos a casa, pare la música, bajamos del coche y entramos en casa.